Los 4 modelos de trabajo en la actualidad

Es obvio que la pandemia del Covid-19 ha dejado numerosos cambios en nuestras vidas. Entre estos cambios está el cambio en nuestras prioridades y visión de futuro.

Muchas personas han cambiado su mentalidad y han decidido dar mayor importancia a tener un estilo de vida que les permita disfrutar de esta. Convirtiéndose así, el tiempo de ocio y el disfrute en el centro de las prioridades vitales de la mayoría de las personas, al mismo tiempo que el trabajo se convierte en un mero medio para conseguir el estatus que deseamos.

Al cambiar nuestros objetivos, la forma en la que percibimos el trabajo se ha visto afectada, quizás por el Covid-19 o por la convivencia de varias generaciones distintas dentro del mercado laboral. Sea por el motivo que sea, lo cierto es que podemos decir que, en la actualidad conviven varios modelos de trabajo.

Tras esta introducción de un fragmento del programa televisivo La Roca. Expondremos los posibles escenarios laborales que nos podemos encontrar en la actualidad.

Modelo 1: Trabajo presencial.

Este tipo de empleo lo asociamos al modelo tradicional, aquel en el que acudimos en un horario establecido a un lugar de trabajo. Siempre el mismo.

A pesar de que la flexibilidad horaria y la dificultad de conciliación no sean sus puntos fuertes, podemos enumerar las numerosas ventajas de este modelo de trabajo, como: fomentar la comunicación y el trabajo en equipo, al igual que la resolución de conflictos y, la comunicación es fluida y directa.

Además de que, la supervisión hacia el trabajo realizado es mayor. Un aspecto muy importante, cuando empezamos en una empresa o cuando hay alguien en periodo de prácticas.

En este estilo de empleo es importante que el ambiente sea bueno para que la productividad no se vea afectada.

Por otro lado, dentro de este modelo tradicional, está surgiendo la controversia de lo que debe durar una jornada laboral.

Desde hace décadas vemos que se contempla como jornada laboral completa aquella que llega a las 8 horas de trabajo diario, en unas empresas son 5 días laborales semanales y en otros 6 días. Pues bien, en la actualidad algunas empresas están probando a tener jornadas laborales de 4 días por semana, y los datos de productividad están siendo favorables.

Modelo 2: Trabajo remoto o teletrabajo.

Este modelo ganó popularidad con la llegada del Covid-19, pues al principio de la pandemia no se podía salir de las casas y hubo un cambio obligado en la forma de trabajar.

Después de ello, muchos empleos relacionados con el mundo digital y el uso de estas herramientas, se han visto beneficiados. Estas/os trabajadoras/es han ganado en flexibilidad horaria y en la ubicación de dónde trabajar. Para que este modelo sea efectivo a largo plazo es muy importante que la comunicación -tanto interna como externa- sea clara y efectiva.

Por otro lado, han perdido socialización con el resto de compañeras/os del trabajo, la cantidad de trabajos en equipo que se realizan, y el límite entre las horas de trabajo y las vidas personales. En España no termina de quedar claro, que también se necesita un horario y no estas las 24 horas del día disponible para una empresa, y menos cuando eso no se ve reflejado en el sueldo.

Además la supervisión del trabajo es menor que si este fuera de forma presencial, pues para ciertos oficios o para las personas que están empezando en una empresa, puede resultar más complicado.

El gran problema de este tipo de trabajo es la poca regulación actual que no dicta las condiciones, ni derechos, ni obligaciones de dicho modelo.

Modelo 3: Trabajo híbrido.

Este modelo de trabajo es una mezcla de los dos anteriores.

Es decir, se combina la jornada laboral presencial con el teletrabajo, pues cada trabador/a dispondrá en su horario de unos días en los que debe acudir a su puesto de forma presencial y otros, en los que trabaja desde su casa.

Las grandes ventajas de esta forma de trabajo es que se alternan la flexibilidad horaria con la posibilidad de socializar durante las horas laborales.

Modelo 4: Trabajo por objetivos.

Este es el formato del que menos se habla, aunque empieza a coger relevancia.

Lo que necesitas para poder llevar a cabo esta metodología de trabajo es: tener una comunicación clara y efectiva en la que se exponga y se detallen bien cuáles son las metas que se plantean; la motivación hacia el personal y las recompensas por los logros conseguidos son importantes, pues es importante que sientan que se les reconoce su esfuerzo.

Por último, también es muy importante establecer los límites y la disciplina necesaria para poder separar la vida laboral de la personal y, para no perjudicar el trabajo del resto.

Es vital que para un correcto funcionamiento, cada trabajador/a organice su propio tiempo en base a los objetivos que tiene que desempeñar. De esta forma, se evita la acumulación de trabajo mecánico y la reducción del estrés laboral también disminuye con ello.

Al dividir la carga laboral en tiempos y objetivos, hay mayor probabilidad de que el trabajo se realice entre los tiempos establecidos y con mayor creatividad, haciendo que el resultado final sea más satisfactorio.

¿Puedo implementar cualquiera de estos modelos en todos los trabajos?

Claramente la respuesta es NO.

Si nos centramos en los tres primeros modelos, no todos los trabajos ni oficios permiten la opción de teletrabajo.

Veamos cuatro ejemplos en los que se necesita realizar el trabajo de forma presencial:

  • Un/a carpintero/a no puede hacer un objeto a distancia.
  • Un/a educador/a infantil, maestro o profesor de enseñanza obligatoria no puede dar clases de forma online. Pues trabaja con menores mientras sus madres, padres o tutoras/es legales desempeñan su actividad laboral; y estos no deben estar solos.
  • Un/a peluquero/a no puede cortar el pelo a distancia.
  • El trabajo en una fábrica tiene que hacerse en dicho lugar, pues se necesita de unas maquinarias específicas, que generalmente suelen ser pesar y/u ocupar grandes dimensiones.

A continuación, vamos a ver algunos ejemplos en los que se puede implantar el trabajo híbrido:

  • Una consultoría, en la que se atienda cara al público, se puede establecer que la atención al público es por ejemplo, 3 días a la semana y los otros 2 días se dedican a realizar todas las gestiones y documentación que se necesita.
  • Un/a abogado/a, puede trabajar de forma presencial los días que tiene juicios y aquellos en los que se reúna con sus clientes, dejando el estudio de los casos como tarea para desempeñar de forma remota.
  • Un/a arquitecto/a se encontraría en la misma situación que los dos casos anteriores.

En lo que respecta al teletrabajo, suele estar vinculado más a empleos relacionados con el ámbito digital, o a profesiones como las/os escritoras/es; en los que da igual el lugar físico en el que estés, porque puedes seguir desempeñando tu profesión sin ningún problema.

Por último, tenemos el modelo de trabajo por objetivos. Esta modalidad puede adaptarse a prácticamente el 100% de las profesiones. Puesto que, esta nueva metodología conlleva un replanteamiento en la estructura y forma de establecer las tareas a las/os empleadas/os.

Este cambio debe realizarse desde todos y cada uno de los departamentos y cargos empresariales.

En definitiva, existen muchos modelos de trabajo que, según el oficio puede resultar más beneficioso usar más unos que otros. Pero lo que es innegable que, las nuevas generaciones tienen otras prioridades y no están dispuestas a vivir por y para el trabajo.

Es por esto que, es imprescindible llegar a un punto medio en el que todas las generaciones puedan congeniar, no solo en el modelo de trabajo, sino que también en la forma de realizarlo según el sector. Una oportunidad en la que se puede aprender de varias personas y sacar las mejores aptitudes de cada una.

 

Sara González Gil

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